LA POLÍTICA EXTERIOR DE AMLO Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO

LA POLÍTICA EXTERIOR DE AMLO Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO


La política exterior de AMLO y la Alianza del Pacifico

…El sector privado ha sido, en cierta forma, 
el socio y la inspiración de esta Alianza del Pacifico,
 porque, al fin y al cabo, esta integración, 
todo lo que estamos haciendo, 
los que toman las decisiones al final, 
son los empresarios.

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia
durante la XIII Cumbre de la Alianza del Pacifico.[1]

Dentro de los inaplazables temas de la agenda pendiente del nuevo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es sin duda la política exterior, con un énfasis particular en la política hacia América Latina.

Después de la destitución de Héctor Vasconcelos como propuesta para ocupar la Cancillería de México, y el anuncio de Marcelo Ebrard para ocupar la Secretaria de Relaciones Exteriores, Ebrard ya ha dado de qué hablar en el panorama latinoamericano, al afirmar que México seguirá una política exterior respetuosa, siguiendo las líneas históricas de la cancillería mexicana de la No Intervención.

En la misma línea, Ebrard afirmo que México no buscara entrometerse en asuntos internos de cada país, -con lo cual el país azteca respetara los procesos políticos en Venezuela, Nicaragua y Bolivia-, y que recurrir a organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA), sería una especie de intervencionismo, ya que en la OEA; "Pensamos que hay que tener una posición muy cauta ahí porque lo que normalmente hay, en buena medida, es una agenda promovida por Estados Unidos”[2].

Bajo esta perspectiva, la política exterior del próximo gobierno de AMLO parecería no ser una continuidad de la política entreguista con Estados Unidos, como lo ha sido por lo menos los últimos 18 años.

La política exterior de AMLO y la Alianza del Pacifico
Marcelo Ebrard y el Presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador.

La Alianza del Pacifico, la cumbre de los empresarios


La Alianza del Pacifico (AP) nace en 2011 en Lima, bajo los principios del Libre Mercado, Propiedad Privada, Democracia e Integración Regional, y es, en esencia, el nuevo plan de Estados Unidos para hacerse del control comercial de América latina, después de la derrota histórica del ALCA en 2005.

El 23 y 24 de julio se celebró la XIII Cumbre de la Alianza del Pacifico, donde además de los socios fundadores (Colombia, Chile, México y Perú), estuvieron representantes del MERCOSUR, y los Países Asociados Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Singapur.

Tres datos relevantes de la Declaración de Puerto Vallarta AP-MERCOSUR:

  • Declaración conjunta de los países miembros donde afirman que buscaran derribar las barreras arancelarias CONTRA el PROTECCIONISMO, enarbolando el LIBRE MERCADO.

  • Acuerdo con los piases del MERCOSUR, para eliminar barreras no arancelarias y arancelarias, con el compromiso de en un futuro, unificar la AP con MERCOSUR, creando un solo mercado común, lo cual significaría que este nuevo hipotético ente, reuniría por sí solo del 85 al 90% del PIB de América latina y el Caribe.

  • La AP al ser un organismo pro-empresarial, ha saltado muchas formalidades tradicionales de política exterior, y ha sido eficaz y pragmático, ya que además de Chile, Colombia, México y Perú, cuenta con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur como candidatos, por lo avanzado de las negociaciones comerciales, a ser Estados Asociados. En esta Cumbre también, se recibió a Corea del Sur como país en observación para ser candidato a Estado Asociado de la Alianza y del mismo modo, ya se plantea la incorporación de Ecuador, de la mano del traidor Lenin Moreno a la misma.


Lo ocurrido en Puerto Vallarta, Jalisco, nos deja algunas conclusiones:

  • La Alianza para el Pacifico navega a contracorriente del mundo, pues sigue un paradigma económico fracasado en América latina y el mundo: el neoliberalismo. Ya que las grandes potencias financieras como Estados Unidos, China y Rusia, mantienen fuertes barreras arancelarias en sus países. Nada más revisar los periódicos para saber que, el empresario venido a presidente, Donald Trump es partidario de las políticas proteccionista para relanzar el papel hegemónico de su nación. Y en el caso de la Unión Europea, después de la salida del Reino Unido, a través del Brexit en 2016, corre peligro de desintegrarse. En realidad, el proteccionismo es el vehículo que ha permitido el desarrollo económico de las grandes potencias, los países latinoamericanos que tienen gobiernos derechistas o neoliberales –animadores de la AP-, se comen el cuento del libre mercado y la mano invisible del estado.

  • La unificación de la AP y MERCOSUR, son la respuesta para enterrar los intentos unionistas alternativos como el ALBA-TCP y la UNASUR, impulsadas en los años dorados de los gobiernos nacional populares en la pasada década. Así como la nueva apuesta de los Estados Unidos para América Latina, después de la derrota histórica del ALCA en Mar del Plata en 2005, la cual se presentó como una iniciativa para unificar, en un solo mercado común a toda América Latina, obviamente bajo la tutela de los norteamericanos.

  • Con la despedida de los presidentes Juan Manuel Santos de Colombia y Enrique Peña Nieto de México, tocara a los nuevos mandatarios, el uribista Iván Duque y el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, Sebastián Piñera de Chile y Martín Vizcarra de Perú, darle cause o no, a esta nueva promesa de unificación con MERCOSUR.


En el caso mexicano, tocara al nuevo presidente electo Andrés Manuel López Obrador, dar por terminado este pacto, para impulsar una nueva relación, basada en el respeto, la confianza y la solidaridad con América Latina.

La política exterior de AMLO y la Alianza del Pacifico
Lázaro Cárdenas con los Niños de Morelia, años 30´s.

Durante treinta años México despreció su histórica relación con América Latina, sintiéndose norteamericanos o aspirando a ello. La nueva política ofertada por AMLO en las pasadas elecciones, también pasa por este cambio de estrategia, retomando lo mejor de la tradición mexicana de la no intervención como la Doctrina Estrada o el asilo de exiliados republicanos españoles durante el Cardenismo y de asilo de exiliados sudamericanos durante los días más oscuros de las Dictaduras de Seguridad Nacional del Cono Sur.

De confirmarse a Marcelo Ebrard como canciller mexicano, se debe hacer un giro de 180 grados y regresar la mirada al sur. Históricamente México ha sido una potencia regional, y un referente para gran parte de Latinoamérica, no es tratando de quedar bien con EU como el país ha logrado los mejores y más potentes resultados en política exterior.

Si AMLO y Ebrard pretenden olvidar esto, nos esperan seis años más de servilismo y ninguneo internacional.


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