Vacío (Cuento)

Vacío (Cuento)

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VACÍO


por Daniel Ríos

Hay una sensación de vacío que se llena con recuerdos del pasado, cuando éramos buenos, cuando todos teníamos más certezas que inseguridades. Hoy en día no hacemos más que aferrarnos a lo que conocemos, al que fuimos  ayer, por miedo a explorar y reconocernos distintos entre nosotros. Los días pasados nos forman y somos resultado de lo que fuimos, pero no significa que nos estacionemos en días pasados para no reconocernos llenos de miedos y defectos palpables.
El vicio de nuestra sociedad se encuentra en dejarnos llevar por el mar embravecido de la realidad. El sistema dominante nos hace ciegos a las piedras de sabiduría que nos anclan a esta realidad desclasada, vacía y poliforme. El miedo a la soledad nos orilla a tomar la mano fría del autómata que te ofrece colores plásticos y texturas prefabricadas, sin hacernos consientes que hay una piel, un sabor y texturas donde podemos reconocernos. La imagen idealizada del hombre, mediatizada y perecedera al día siguiente nos mantiene reos de la ganancia, “cuanto tienes, cuanto Vales”, ergo, “es lo que eres”…

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Mirada ciega de tanta podredumbre. Ese hombre no se reconoce, “el hombre no mata al hombre”, falas afirmación… y en ese momento pierde su humanidad, se desclasa, disociado de sí mismo… el vacío de futuro se instala en sí, el horizonte cultural se cierra y todo es permisible; un niño pide a gritos una hogaza de pan; la mano colonial alcanza un poblado en Afganistán; Bolívar llora a sus hijos sedientos; Atenea melancólica observa desgarrada a su hijo descalzo y moribundo…..

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