Hugo Chávez a contracorriente

Hugo Chávez a contracorriente

Hugo Chávez a contracorriente


El 5 de marzo de 2013, ocurrió la desaparición física del Comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías. A siete años de su siembra, podemos aproximarnos al balance del actuar de Chávez por América Latina y el Caribe.

Desde la primera insurrección popular contra el neoliberalismo (el Caracazo del 27 de febrero de 1989), pasando por la insurrección militar del 4 de febrero de 1992, Hugo Chávez fue producto de su tiempo y la sociedad que le tocó vivir. Para la izquierda latinoamericana, ese febrero de 1992, conoció, con recelo, la figura de un joven militar nacionalista, que bien a bien no se dejaba dibujar del todo. Ya es histórico el discurso del “por ahora”, error político de la derecha venezolana ensoberbecida, pues fue una esperanza de futuro para las masas empobrecidas de aquel país.

Nace Hugo Chávez


Si en 1989 el Caracazo tuvo a las masas, y no un liderazgo político, y, la insurrección de 1992 tuvo liderazgo pero no un pueblo detrás, con la liberación del joven teniente coronel de la prisión de Yare el 27 de marzo de 1994, Venezuela y su pueblo, tenían sin saberlo, el líder que llevaría a su pueblo a la segunda y definitiva independencia anunciada por el Libertador Simón Bolívar en el Siglo XIX.

Desde su liberación, Chávez se dedicó a recorrer la geografía del país, con el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), y después convertido en Movimiento Quinta República (MVR), la amalgama de la alianza cívico-militar que hizo posible el triunfo electoral de 1998, el comandante Chávez sabía bien que la Revolución Bolivariana debería de ser un proceso continuo, en dos sentidos fundamentales:


  • La revolución contemporánea era una continuación de la lucha histórica por la liberación nacional liderada por Simón Bolívar a principios del siglo XIX, combinada con una raíz Martiana, que pasa por la batalla de ideas recuperada por Fidel Castro.
  • La revolución política nacional iniciada en 1998 con su elección y juramentación sobre una “moribunda” constitución debía, por necesidad, avanzar hacia una transformación socialista.

Esta concepción de revolución continua Hugo Chávez la concibió en dos frentes de lucha fundamentales:

  • Contra el enemigo externo -el imperialismo estadounidense-, el Estado terrorista colombiano y la burguesía rentista cipaya venezolana.
  • Contra el enemigo interno, aquellos líderes y funcionarios del Estado bolivariano y del PSUV que formaban parte del legado rentista y estaban involucrados en la corrupción, que abusaban del poder, que no respondían a las demandas populares y que desean marginar las comunas. En este orden político, Hugo Chávez declaró la guerra contra la burocracia y contra la conciliación con la burguesía.


Hugo Chávez a contracorriente


A inicios del Siglo XXI, Hugo Chávez fue el único que se atrevió a nombrar las cosas por su nombre. Conceptos como imperialismo, revolución, socialismo o lucha de clases -invisibilizados por el discurso triunfalista del fin de la historia y sus propagandistas norteamericanos-, dándole un nuevo aire al marxismo y la teoría crítica contra el capitalismo, borrados del debate académico y popular, por treinta años de dictaduras militares en el Cono Sur del continente.

Como líder nacional con proyección mundial, Hugo Chávez identificó cinco objetivos históricos, en la senda de la segunda y definitiva independencia:

  1. Recuperó el marco nacional, frente al discurso de la aldea global.
  2. Colocó al socialismo como un horizonte deseable, posible y alcanzable, 
  3. Emulando a Simón Bolívar, promovió la unidad de América del Sur, con múltiples organismos internacionales y regionales; UNASUR, CELAC, BANSUR, etc. 
  4. A barlovento, participó en la creación de un mundo multipolar, llegando a distintos acuerdos comerciales y de cooperación con Rusia, China e Irán, entre otros. 
  5. Hugo Chavez sabia perfectamente que la revolución del Siglo XXI, debería ser ecológica o no sería, llevando a primer plano el tema del cambio climático.


Como dice el compañero Atilio Boron, el legado fundamental del Comandante Hugo Chávez es “He aquí el extraordinario legado de Chávez: cambió la conciencia de los pueblos, triunfó en la “batalla de ideas” reclamada por Fidel y a resultas de lo cual en América Latina y el Caribe la derecha ya no puede ganar elecciones…”. Del mismo modo, Incrustó la idea fuerza de la revolución, de que los cambios y demandas conquistadas son irreversibles, y que las pretensiones imperialistas de retroceder en el tiempo hasta antes de la Revolución Cubana de 1959, tropezara con enormes resistencias populares.

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