La vida breve y el universo de Juan Carlos Onetti

La vida breve y el universo de Juan Carlos Onetti

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La vida breve y el universo de Juan Carlos Onetti

La vida breve (1950) es la novela nodal del uruguayo Juan Carlos Onetti. En ella aparece por primera vez la mítica Santa María. Injustamente se piensa que la literatura de Onetti es precursora del llamado Boom Latinoamericano. Sin embargo, después de medio siglo, entendemos que, sin los artificios de Onetti no sería posible la literatura de Cortázar, Fuentes, Vargas Llosa o García Márquez. El propio Carlos Fuentes diría: Las novelas y cuentos de Onetti son las piedras de fundación de nuestra modernidad.

La vida breve: los personajes


En La vida breve transitan personajes como Juan María Brausen creativo que trabaja en una agencia de publicidad, su esposa Gertrudis, mutilada por el cáncer, y con la cual tiene una relación difícil. Su amor se ve trastocado por la mutilación, pero existe ahí algo a lo que podríamos llamar amor:

… querida Gertrudis de largas piernas; Gertrudis con una cicatriz vieja y blancuzca en el vientre; Gertrudis callada y parpadeante, tragándose a veces el rencor como saliva; Gertrudis con una roseta de oro en el pecho de los vestidos de fiesta; Gertrudis, sabida de memoria.

En este mundo también habita su amigo Stein, guionista de cine. Entre los mundos también asiste la Queca, prostituta que vive en el departamento contiguo al de Brausen y Gertrudis, y el bandido Arce, alter ego del propio Brausen.


Santa María


Como William Faulkner en el condado imaginario de Yoknapatawpha, o Rulfo con Comala, Onetti a través de Brausen, escapa de su realidad e imagina y construye Santa María, un pueblo mítico y onírico donde ocurrirá la mayoría de su literatura, notablemente El Astillero (1961) y Juntacadáveres (1964).

En Santa María vive una mujer enigmática, sexual, Elena, y el doctor Diaz Grey.  Diaz Grey, tranquilo, lleno de bondad y, en cierta medida, inocente. Grey representa el otro de Brausen, el que él no puede ser. Brausen es un ser intranquilo, urbano y cosificado por la modernidad que le causa dolor, frustración y depresión.

Asistimos en La vida breve a una multiplicidad de narradores, si pensamos que es un clásico narrador omnisciente, nos costara trabajo identificar la polifonía de narradores. Un rasgo en común de este narrador (es), es la inseguridad de lo narrado y el no saber qué ocurrirá en el mundo narrado: Brausen, Diaz Grey, o el propio Onetti, quien entra en la novela como el arrendador del departamento donde vive Brausen.

Estas constantes invasiones de lo literario en la realidad y viceversa, inaugurado en el Río de la Plata por Macedonio Fernández y Jorge Luis Borges, se convertirá en el mecanismo clásico del Boom Latinoamericano, si no ver Continuidad de los Parques o Axolotl de Julio Cortázar. Onetti utiliza a Brausen para construir Santa María a partir de la frustración y la imposibilidad de asumir la realidad del personaje.

Sin duda, La vida breve es una novela que todo amante de las letras o aspirante a escritor debe leer, releer y aprender del uruguayo Juan Carlos Onetti.


Este texto se publicó originalmente en Revista COCO



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