8 agosto, 2018 | De180grados
La Alianza del Pacífico nace bajo los principios del Libre Mercado, Propiedad Privada, Democracia e Integración Regional, y es, en esencia, el plan de Estados Unidos para hacerse del control comercial de Latinoamérica.
Dentro de los inaplazables temas de la agenda pendiente del nuevo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), está sin duda la política exterior, con un énfasis particular en la política hacia América Latina.
Después de la destitución de Héctor Vasconcelos como propuesta para ocupar la Cancillería de México, y el anuncio de Marcelo Ebrard para ocupar la Secretaria de Relaciones Exteriores, este último ya ha dado de qué hablar en el panorama latinoamericano, al afirmar que México seguirá una política exterior respetuosa, reanudando las líneas históricas de la diplomacia mexicana que sostenían la No Intervención.
En la misma línea, Ebrard afirmo que México no buscara entrometerse en asuntos internos de cada país, –se respetarán los procesos políticos en Venezuela, Nicaragua y Bolivia–, y que recurrir a organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA), sería una especie de intervencionismo. En sus palabras: “Pensamos que hay que tener una posición muy cauta ahí porque lo que normalmente hay, en buena medida, es una agenda promovida por Estados Unidos”.
Bajo esta perspectiva, la política exterior del próximo gobierno de AMLO da la impresión de no ser una continuidad de la política entreguista hacia Estados Unidos, como lo ha sido durante los últimos 18 años.
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Marcelo Ebrard, AMLO y Vasconcelos |
La Alianza del Pacifico, la cumbre de los empresarios
La Alianza del Pacifico (AP) nace en 2011 en Lima, bajo los principios del Libre Mercado, Propiedad Privada, Democracia e Integración Regional, y es, en esencia, el nuevo plan de Estados Unidos para hacerse del control comercial de América Latina, después de la derrota histórica del ALCA en 2005.
El 23 y 24 de julio se celebró la XIII Cumbre de la Alianza del Pacifico en Puerto Vallarta, Jalisco. Estuvieron presentes, además de los socios fundadores (Colombia, Chile, México y Perú), representantes del MERCOSUR, y los países asociados (Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Singapur.)
Tres datos relevantes de la Declaración de Puerto Vallarta AP-MERCOSUR
1. Declaración conjunta de los países miembros donde afirman que buscarán derribar las barreras arancelarias CONTRA el PROTECCIONISMO, enalteciendo el LIBRE MERCADO.
2. Acuerdo con los países del MERCOSUR, para eliminar barreras no arancelarias y arancelarias, con el compromiso de, unificar la AP con el MERCOSUR, creando un solo mercado común. Esto significaría que este nuevo ente hipotético, reuniría por sí solo del 85 al 90% del PIB de América Latina y el Caribe.
3. La AP al ser un organismo pro-empresarial, ha saltado muchas formalidades tradicionales de política exterior, ha sido eficaz y pragmático. Además de Chile, Colombia, México y Perú, cuenta con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur como candidatos a ser Estados Asociados. En esta Cumbre también, se recibió a Corea del Sur como país en observación para ser candidato a Estado Asociado de la Alianza, y del mismo modo, ya se plantea la incorporación de Ecuador; de la mano de Lenín Moreno.
Lo ocurrido en Puerto Vallarta, Jalisco, nos deja algunas reflexiones:
1. La Alianza para el Pacifico navega a contracorriente, pues sigue un paradigma económico fracasado en América Latina y el mundo: el neoliberalismo. Las grandes potencias financieras como Estados Unidos, China y Rusia, mantienen fuertes barreras arancelarias en sus países. Basta revisar los periódicos para saber que, el empresario venido a presidente, Donald Trump es partidario de las políticas proteccionista para renovar el papel hegemónico de su nación. Por otro lado, la Unión Europea, después de la salida del Reino Unido, a través del Brexit en 2016, corre peligro de desintegrarse. En realidad, el proteccionismo es el vehículo que ha permitido el desarrollo económico de las grandes potencias, los países latinoamericanos que tienen gobiernos derechistas o neoliberales –animadores de la AP–, se comen el cuento del libre mercado y la mano invisible.
2. La unificación de la AP y MERCOSUR, son la respuesta para enterrar los intentos unionistas alternativos como el ALBA-TCP y la UNASUR, impulsadas en los años dorados de los gobiernos nacional-populares en la década pasada. Es además, la nueva apuesta de los Estados Unidos para América Latina, después de la derrota histórica del ALCA en Mar del Plata en 2005, donde se presentó como una iniciativa para unificar en un sólo mercado común a toda América Latina, bajo la tutela de norteamérica.
3. Con la despedida de los presidentes Juan Manuel Santos de Colombia y Enrique Peña Nieto de México, tocará a los nuevos mandatarios, el uribista Iván Duque y el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, así como a Sebastián Piñera de Chile y Martín Vizcarra de Perú, darle cause o no, a esta nueva promesa de unificación con MERCOSUR.
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La Alianza para el Progreso / Señal Memoria |
En conclusión
En el caso mexicano, será la oportunidad de Obrador para dar por terminado este pacto e impulsar una nueva relación, basada en el respeto, la confianza y la solidaridad con América Latina.
Durante treinta años México despreció su histórica relación con América Latina, asumiéndose norteamericanos o aspirando a serlo. La nueva política ofertada por AMLO en las pasadas elecciones también pasa por este cambio de estrategia, retomando lo mejor de la tradición mexicana de la No Intervención como la Doctrina Estrada o el asilo de exiliados españoles durante el Cardenismo y de asilo de exiliados sudamericanos durante los días más oscuros de las Dictaduras de Seguridad Nacional en el Cono Sur.
De confirmarse a Marcelo Ebrard como canciller mexicano, se necesitará hacer un giro de 180 grados y regresar la mirada al sur. Históricamente, México ha sido una potencia regional, y un referente para gran parte de Latinoamérica. No fue tratando de quedar bien con EE. UU. como el país logró los mejores y más potentes resultados en política exterior.
Si AMLO y Ebrard pretenden olvidar esto, nos esperan seis años más de servilismo y ninguneo internacional.
Ver: El Terrorismo de Estado. Las Dictaduras de Seguridad Nacional en el Cono Sur.