Lula y el golpe judicial a la democracia

Lula y el golpe judicial a la democracia

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Lula y el golpe judicial a la democracia - El Viejo Dan

El ex metalúrgico y ex presidente Luis Inácio Lula Da Silva es sin duda el político más popular de Brasil. No es de extrañar que ante la posibilidad real de que llegara a las elecciones presidenciales de octubre próximo en aquel país y las ganará, la maquinaria de los dueños del dinero quisiera desparecer del mapa político al líder indiscutible de los más pobres del país amazónico.

La persecución política a LULA


El 5 de abril pasado nos despertamos con la noticia de la orden de aprensión sobre Lula, el juez Sergio Moro, -el mismo que a través de un uso faccioso de la ley destituyó a la presidenta Dilma Rousseff en 2016-, emitió la orden para que se presentará de manera voluntaria en la sede de la Policía Federal de Curitiba.

No es de extrañar esta acción, el propio Lula ha calificado su persecución judicial como parte de una “limpia” mayor de políticos de izquierda en el país. La derecha brasileña le tiene miedo al pueblo, miedo a perder sus privilegios de clase, y sabe que, de regresar Lula a la presidencia, es muy probable que repita o profundice lo hecho en su primera gestión (2003-2010). Algunos de los logros del dirigente del PT:

     Logró sacar de la pobreza y la pobreza extrema a 30 millones de brasileños, de estos, 10 millones se incorporaron a la clase media del país, lo que posibilitó la reactivación del mercado interno y la dinamización de la economía.

     La pobreza cayó del 46% en 1990 a 26% en 2008. Programas sociales como Bolsa Familia permitió está reducción de pobreza, siendo el mismo programa exportado a países como Ecuador y Bolivia.

     Para 2010, la deuda externa significaba solo el 4% del PIB nacional.

     Durante la gestión de Lula, la paraestatal petrolera Petrobras se convirtió en uno de las petroleras más grandes y modernas del mundo, combinado con el boom de las materias primas de 2002 a 2008.

Siempre se criticó que, durante su gestión y la de su sucesora Dilma Rousseff, la deuda histórica en el país aún no había sido subsanada: una verdadera reforma agraria y el cambio profundo del sistema político brasileño, producto de la Constitución de 1988. Estos son las deudas históricas de los gobiernos del PT en Brasil.

Juegos legaloides contra Lula


El juez federal Moro sentenció a Lula a 12 años de prisión, se le acusa de corrupción pasiva y lavado de dinero, según Moro, Lula se habría beneficiado personalmente con poco más de 1 millón de dólares, de un total de 26 millones a través de la constructora OAS (socia de Odebrecht), como parte de la propina o coima, a dirigentes del PT.

Según la defensa del ex presidente, el juez Moro no ha sustentado fehacientemente dichas acusaciones, lo que hace pensar que es, en realidad, un intento más para inhabilitar políticamente a Lula. Hay que recordad que el último sondeo realizado entre el 11 y 13 de abril (ya Lula preso) por el Instituto Datafolha, el petista ganaría la presidencia con 46 a 48% de los votos.

Lula y el golpe judicial a la democracia - El Viejo Dan
Tomado de Infobae.com

El uso faccioso de la ley ha sido una constante en el sistema político brasileño, ya en 1992 el presidente Fernando Collor fue obligado a dimitir gracias a un juicio por corrupción animado por el Congreso, en 2016 asistimos al impeachment de la entonces presidenta Dilma Rousseff. Hoy ese mismo sistema corrupto quiere inhabilitar políticamente a Lula.

El juez Moro, medios de comunicación facciosos como la cadena O’Globo, y la burguesía cipaya brasileña articulada al imperialismo norteamericano, desean seguir manteniendo sus privilegios de clase, desean seguir explotando a las clases más desfavorecidas del país. Lula representa esa esperanza de los más pobres para salir de la miseria. En términos reales, Lula concita para la inmensa mayoría del país, esa voluntad nacional-popular que logró ser hegemónica en varios países de América latina en los inicios del siglo XXI.

La disputa por la nación está abierta. La movilización popular es la única seguridad que tienen las clases hambreadas por el capital, de ser respetada en sus aspiraciones políticas y sociales. Lula, el PT y el pueblo deben inundar las calles de pueblo defendiendo su débil e incipiente democracia.

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