Manual del llanto

Manual del llanto

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Ejercicio literario. "Escribir como". Ejercicio a partir de "instrucciones para llorar" de Julio Cortázar.

Lo lamentable no es el llanto (obviando los motivos banales o supremos), de hecho, las personas que tiene la capacidad de llorar y además hacerlo en público, merecen todo mi respeto. No. Lo verdaderamente imperdonable es un llanto de pacotilla. Hagamos un trato, intentemos un llanto honesto, verdadero, creíble.


Intentemos fruncir el ceño mientras volamos por el tiempo de la guerra o de la explotación del hombre por el hombre, de ese modo será más fácil correr un lagrima viva de espanto y desesperación. Si usted vive en el individualismo más atroz, resultara imposible obtener el efecto deseado.  Corrida la lagrima, intentemos decantar algunos mocos limpios, blancos, que corran con facilidad. Ese será el signo de una interpretación adecuada. Pasados uno o dos minutos, tomaremos con delicadeza la cara, intentaremos, solo eso, limpiar las lágrimas que se deslizan por las mejillas. 

Es recomendable no emitir sonidos estrepitosos ni abruptos, esto solo funciona en los melodramas baratos de la televisión. 

Pongamos un estándar: de uno a dos minutos, parco; de dos a tres minutos, excelente; más de tres es exagerado y poco creíble. Tomando el pañuelo o el papel, la función ha terminado.

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